“Uno que tiene tantos años en el fútbol nunca se imaginó llegar a vivir una situación semejante. En todos los órdenes habrá un antes y un después de esta pandemia”. Humberto Zuccarelli, de 72 años, es uno de los entrenadores de mayor rodaje en el país,. Desde su experiencia, analizó cuánto la covid-19 afectará al deporte que ama, cuando finalmente se decida su retorno.
El entrenador, que tuvo dos perídos destacados en Atlético (1998/2000 y 2001/2002), es consciente de que este virus que tanto preocupa a la humanidad llegó para quedarse un largo tiempo. Desde su casa de La Plata se prestó a la entrevista telefónica con LG Deportiva.
- Es sabido que es medio complicado saber cuándo los planteles podrán volver a entrenarse. Por tu experiencia, ¿cuánto tiempo necesitarán los jugadores para volver a la actividad oficial?
- Mi sensación es que los futbolistas necesitarán, por lo menos, entre 45 y 60 días para ponerse en condiciones óptimas y empezar los torneos. Lo que hay que tener cuidado es en no apurar el regreso, porque puede dejar expuesto a los futbolistas a lesiones, más allá de que hayan seguido entrenándose por su cuenta. Los que tenemos tantos años en el fútbol sabemos que no es lo mismo trabajar físicamente en forma personal que hacerlo con el grupo teniendo a un profesional que fiscalice las tareas diarias.
-¿Qué lo que más pierde el jugador cuando no practica junto a un grupo de trabajo?
- El futbolista, máxime cuando deja de trabajar tanto tiempo con sus compañeros, como sucede en estos momentos, pierde principalmente el sentido de velocidad y distancia, cosas fundamentales durante la competencia. También pierde la condición física natural, más allá de los trabajo que haya podido realizar durante el parate. Y lo más preocupante es que puede llegar a perder la noción del juego, entendiendo que, si uno hace cuentas, un profesional podría llegar a estar sin partidos por un período superior los cinco meses, algo impensado a este nivel de competencia.
-¿Cómo analizas la decisión que tomó la AFA de no autorizar la vuelta a los entrenamientos hasta tanto todo el país se encuentre en fase 4 de la covid-19?
- Creo que esa decisión fue tomada con la intención de que nadie saque ventaja en su preparación con miras a la reanudación de los certámenes. Si uno se pone a analizar lo que ocurre en la Argentina podremos comprobar que no es lo mismo lo que se vive acá en Buenos Aires que lo que ocurre en la mayoría de las provincias. Si tengo que ser sincero, en estos momentos no estoy en condiciones de afirmar si esta medida tomada es acertada o no.
- ¿Qué opinión tenés sobre esa parte del protocolo que presentaron los clubes para volver a los entrenamientos, en la que se especifica que los jugadores no deberán compartir vestuario entre ellos en el día a día?
- Más vale que no es lo ideal, pero teniendo en cuenta la forma en que se comporta el virus, por el momento no está quedando otra alternativa que implementar esta clase de medida. Por lo menos hasta que no aparezca una vacuna que pueda combatir esta pandemia. A mí me gusta ser obediente de las órdenes que dan los responsables del tema salud, porque soy consciente de que están haciendo lo humanamente posible para encontrar algo que contrarreste este virus que puso a la humanidad contra las cuerdas.
- Vos en tu época de jugador, allá en la década del 60, te formaste en las inferiores de Estudiantes de La Plata bajo la estricta disciplina táctica de Osvaldo Zulbedia, un entrenador que le daba mucha importancia a la convivencia del grupo, dentro y fuera de la cancha. ¿Qué opinás sobre que ahora y por un buen tiempo no se podrá concretar eso?
- Sabemos que la consolidación de los grupos se afianza en la convivencia que los futbolistas puedan concretar en un vestuario. Esto es lo que permite de alguna manera formar los grandes grupos, que luego estarán en condiciones de alcanzar los grandes objetivos. Eso lo que aprendí en mi época de futbolista y luego lo adopté como una máxima en los 32 años que trabajé como técnico profesional. Esto es un tema que le complicará la vida a todos los que, de una u otra forma, estamos vinculados al fútbol. Es que antes, un entrenador podía trabajar con una base durante varios años y ahora eso cambió radicalmente porque la rotación de los planteles es profunda, de una temporada a otra. Y si a esto le añadimos que los jugadores no podrán intimar como lo hacían siempre, la situación se agrava aún más.
-¿Cómo ves la realidad de los clubes?
- Teniendo en cuenta que esta crisis está castigando duramente la economía de los clubes, salvo raras excepciones, difícilmente se puedan realizar muchas incorporaciones. Repito, vamos a tener que acostumbrarnos a vivir en un mundo nuevo. Por supuesto, el fútbol no podrá estar afuera de los cambios que se vienen. De lo que estoy convencido es que no es una frase hecha cuando algunos indican que a partir de ahora nada volverá a ser igual. Es que vamos a tener otra forma de convivencia en todos los órdenes. Todo quedará circunscripto a un antes y un después de marzo de 2020.
- ¿Cómo es tu vida por estos días?
- Trato de compartir el mayor tiempo con la familia. Y busco hacer lo que no pude en mis casi 50 años de vivir de una profesión hermosa como el fútbol, que te da cualquier cantidad de satisfacciones, pero que también imposibilita de estar junto con los seres queridos, en momentos importantes. Ahora tengo tiempo de más para cuidar mi físico, pues tres veces a la semana voy a un gimnasio. Y también para estar con mis nietos, que siempre me visitan.